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La Isla Mauricio es uno de los grandes destinos de África, se ubica en mitad del Océano Índico, siendo habitado por un pueblo multirracial y pacífico. El lugar es famoso por sus aguas de zafiro, sus playas de arena blanca y sus hoteles de lujo.
Este destino paradisiaco reabrió sus fronteras para recibir a visitantes internacionales vacunados, luego de quedar cerrado por más de un año por la pandemia del Covid-19.
«Esta es una elección inevitable, porque la vida de 100.000 familias depende del turismo», explicó el viceprimer ministro y ministro de Turismo, Steven Obeegadoo.
Antes de la pandemia, la industria del turismo y la hostelería representaba el 24% del producto interno bruto (PIB) y empleaba a casi una cuarta parte de la fuerza laboral del país. Los primeros visitantes procedían de Dubai, París y Londres.
La isla Mauricio abrió parcialmente sus fronteras en el mes de julio, por primera vez desde el inicio de la pandemia, y solo a turistas que adquirieron al menos una dosis de la vacuna pero con la obligación de cuarentena de 14 días en complejos turísticos dedicados antes de poder trasladarse.
Las islas paradisíacas del Océano Índico fue eliminada de la lista del Reino Unido de países en riesgo de infección por coronavirus el mes pasado, sin embargo el Centro para el Control de Enfermedades de EE. UU. agregó a su lista de alto riesgo de contagios.
El gobierno de la Isla Mauricio informó que el 68% de los 1,3 millones de habitantes están vacunados con las dos dosis y el 89% de la población recibió al menos una dosis.
A mediados de julio, se registraron 2.190 infecciones. Y según datos de los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades, a finales de septiembre el promedio semanal de casos de coronavirus era significativamente más bajo que en agosto.